lunes, 8 de septiembre de 2014

TALLO DE HIERRO (Ironweed)

Por José Santos


William Kennedy  nació en 1928 y desde siempre ha vivido en Albany, New York.
Su ciclo narrativo está compuesto por novelas independientes, aunque vinculadas entre sí por su localización en Albany, que inicia con “ El camión de la tinta”, sigue con "Legs" y más adelante con " El juego más grande", "Tallo de hierro", "El libro de Quinn" "Reliquias muy queridas", “ Flores de fuego” y el último hasta ahora publicado en castellano bajo el título de “Roscoe”.
 En este encadenamiento de historias ambientadas en dicha ciudad, Kennedy crea una nueva saga dentro de otra, al traer a la vida una sucesión de personajes de una misma familia en cinco de estos títulos; los Phelan, protagonistas que por estar situados en tiempo y espacios distintos, no se entrecruzan en sus libros.
No obstante , es la maravillosa “ Ironweed” ( Tallo de hierro), la que se pega al alma del lector  con mayor fuerza que las que le anteceden y preceden  dentro de este quinteto significativo de novelas.
 “Tallo de hierro”, es una obra realmente extraordinaria, cuyo título es emblemático a una planta muy común en Albany, "la hierba de hierro alta" (Tall Ironweed), nombre que aduce a la dureza de su tallo y hace alusión a la vida desquiciada del personaje principal, Francis Phelan, ex jugador de béisbol, hoy marginal errante cuya existencia se desmorona poco a poco, perseguido por obsesivos fantasmas de las personas que ha matado durante una revuelta callejera en la época de la gran Depresión norteamericana, espíritus que le agobian y lo convierten en un hombre a la deriva, abrumado por sus mitos y terrores  internos. 
El relato está ubicado en el período cercano a la madurez biológica de un Francis Phelan transfigurado en un vagabundo que va de un lado para otro sin rumbo fijo. La historia inicia con Francis trabajando en forma ocasional en un cementerio en el que yace su pequeño hijo Gerald, muerto accidentalmente el día en que se le escurrió del pañal, entre sus manos. Aquella fatalidad lo llevó al abandono de su familia, convirtiéndose desde ese momento en un bebedor andrajoso que  encuentra, a una vieja novia y  ahora nueva compañera de borracheras.
 Esta relación entre dos alcohólicos que viven miserablemente en la calle, intentando ganar algún dinero de cualquier manera para comprarse su bebida, está enmarcada en una ciudad maltrecha e insolente que pretende simular que la Depresión no existe, que la realidad es una ilusión que puede desvanecerse con las primeras horas del alba.
Son varios los personajes que habitan esta novela fantástica, y cada uno de ellos tienen el honor de compartir el retablo de los actores principales dentro de la obra.  La historia avanza hacia un final que el lector  no puede presagiar, ya  que llevada por la mano maestra del escritor,  “Tallo de hierro”  culmina en  un  trabajo de literatura soberbia e inolvidable; una lectura preñada de genuina  y dramática capacidad poética, que  sacude sin concesiones nuestras emociones más firmes. 
 William Kennedy, uno de los grandes talentos vivientes de las letras norteamericanas, confirma con esta novela la maestría de un narrador de supremo nivel.
 Esta obra, que en 1984 ganara el Premio Pulitzer , el Premio Nacional de la Crítica y el Premio  del Círculo de Periodistas de su país -también fue llevada al cine con el protagonismo excepcional de Jack Nicholson y Meryl Streep-. 

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