El prestigioso novelista estadounidense (Salinas, 1902 - Nueva York 1968), premio Nóbel de Literatura en 1962, creador de obras realmente significativas tales como "Al este del Edén", "Viñas de ira" , "La perla", "En lucha incierta", "A un dios desconocido", "El ómnibus perdido", “ Las praderas del cielo” , “ El largo valle” , “Tortilla Flagg”, “ Dulce Jueves” entre otras, nos ha dejado una breve novela, la cual he destacado con su nombre primigenio, queriendo devolver la dignidad del título original dado por el formidable escritor californiano, y que la industria editorial, tal como suele hacerlo generalmente, lo ha lanzado al mercado de habla hispana enfocado al eventual comprador, con otro en apariencia más comercial*.
En la actualidad, Distribuidora Waldhuter , dispone de varios títulos de este novelista . Cualquiera de ellos nos permite leer un autor cuya escritura mantiene permanentemente la magnificencia de su estilo y la calidad incuesti
onable de uno de los mejores narradores norteamericanos del siglo XX.Prolífico escritor, Steimbeck exhibe un estilo de conciencia y artesanía que puede definirse como la "voz" del escritor, y esta comunión se relaciona con las cualidades inherentes a la escritura, a la autenticidad del lenguaje puesta de manifiesto en la ejecución de sus obras. Sus letras denuncian la injusticia contra los sectores más humildes de su país, exponiendo magistralmente la cotidiana realidad de gente sencilla enfrentadas al el egoísmo y la malignidad de las clases "civilizadas" y abusivas.
En "De ratones y hombres" asistimos a la amistad entre dos marginados sociales, George y Lennie quienes arriban hasta un Rancho del oeste norteamericano en busca de trabajo. George tiene a su cuidado al discapacitado mental Lennie, una especie de criatura en el cuerpo de un gigante. A partir de estos dos elementales personajes, uno el típico buscavidas, mujeriego y bebedor, sobrellevando como contrapartida, la carga que significa su amigo y su conmovedora inocencia y desmemoria sin atisbo de razón alguna, cuyos delirios se circunscriben a la obsesión de todo aquello que signifique suavidad al tacto de sus enormes manos, acordes a su fuerza descomunal y descontrolada, Steinbeck va construyendo un melancólico y humano relato, cuya virtud reside en la propia transparencia del mismo, sin aparente elaboración previa y tal como si los hechos fueran sucediéndose de manera natural. La acción transcurre bucólicamente en un cuadro perfectamente confinado a la vida diaria del rancho, y en el cual los personajes centrales, van tejiendo una cadena de proporciones imprevisibles, la que es retratada magistralmente por el autor , hasta que por la propia aceleración de los acontecimientos, el drama conduce a un desenlace lapidario.
Leer "De ratones y hombres" es leer a un autor con el cual se hizo justicia mediante el Nóbel que recibió, es leer un libro maduro e impecable que no permite una sola tregua en su creciente tensión de humana sensibilidad.
Leer "De ratones y hombres" es leer a un autor con el cual se hizo justicia mediante el Nóbel que recibió, es leer un libro maduro e impecable que no permite una sola tregua en su creciente tensión de humana sensibilidad.
Esta pequeña obra maestra de un escritor de la talla de Steinbeck, alcanza una cima muy alta dentro de su extensa producción como escritor.
Su lectura es altamente recomendable, y mas que ello resulta una necesidad inexcusable.
José Santos
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