martes, 12 de noviembre de 2013

Sobre "Lo infraordinario" de Georges Perec, en La Gaceta Literaria.

ÚLTIMO MOMENTO
El arte de observar los detalles mínimos
una exposición acerca de la relación entre lo trivial y lo trascendente.
COMPILACIÓN
LO INFRAORDINARIO
GEORGES PEREC
(Eterna Cadencia - Buenos Aires)
Escribir implica la enorme capacidad para hilar fino sobre un sinfín de circunstancias, barajar múltiples posibilidades, además del aspecto lingüístico que tiene que ver con la estética y con la comunicación. En este sentido, Georges Perec experimenta otras variables y variaciones en su producción, todas estas producto de una importante destreza para la observación.
En efecto, este escritor francés se ha destacado por algunas "rarezas" que involucra en su escritura. Tal el caso de Lo infraordinario, un conjunto de artículos que apareció después de su muerte.
Este libro dibuja de una manera increíblemente extraña sucesos que sólo él puede advertir pues su mirada es mucho más que una simple mirada: es casi como una lente de alta potencia óptica y de gran velocidad.
Georges Perec anota -casi lo estoy viendo escribiendo en un cuadernillo pequeño- detalles mínimos, infinitesimales, microscópicos como pueden ser las alteraciones en un sitio de un día para el otro; invisible al ojo humano. Así, el libro nos instala inmediatamente comienza en "La rue Vilin -calle donde Georges pasó su infancia- 27 de febrero de 1969, cerca de las 16 horas -fecha en que vuelve para escudriñar sus cambios-"; y desde ese momento parte en un extenso peregrinaje en busca de lo ordinario de lo común, esto es lo infraordinario.
¿Cómo puede alguien detectar aquellos detalles de las cosas que solo ocurren sin explicación alguna porque deben acontecer? ¿Para qué ocuparse de lo banal en cada uno de los hechos y lugares por donde transita el hombre? ¿Por qué señalar -y escribirlo con ahínco- lo cotidiano y por ello, evidente? En fin, la búsqueda de Perec tiene que ver con esa relación entre los pensamientos más transcendentales del ser humano y lo más trivial de su vida. Perec cree que sacando afuera lo común, aquello que estamos acostumbrados a ver, pero que no podemos describir justamente por la costumbre, el hombre quedará al descubierto en sus profundas dimensiones. Y en consecuencia, comprenderá su derredor de una vez por todas. Georges intenta dirigir la mirada a los sucesos cotidianos y nimios, en contraste con la espectacularidad de lo extraordinario con la que la prensa intenta captar la atención del lector. Para él, el lector tiene un valor mayúsculo. Por eso, ofrecer al lector lo que este no es capaz de descubrir, es el mayor de sus legados.

© LA GACETA
MÓNICA MAUD

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