viernes, 22 de noviembre de 2013

Nota sobre "Los estratos", de Juan Cárdenas (Periférica).

 

NOVELA
Juan Cárdenas y una Latinoamérica que escapa a los estereotipos

El colombiano Juan Cárdenas presentó su novela "Los estratos", donde desarrolla "un relato de sanación", asegura, que se contrapone a la literatura estereotipada y repetida que aborda a América Latina desde lo apocalíptico o la celebración banal de su exotismo.

Un hombre busca desesperadamente a su niñera, obsesionado por reconstruir un recuerdo de infancia mientras su matrimonio se desmorona en una peripecia que incluye a su ex psiquiatra y un peculiar detective, que a Cárdenas le sirven para reflexionar sobre la forma en que se construyen los relatos -personales, históricos, políticos, sociales- y el vínculo entre la experiencia íntima y lo colectivo.

Cárdenas deconstruye convenciones y reconstruye Latinoamérica mediante la palabra, sin intelectualizaciones, a través de un relato coral y variaciones en el lenguaje de los personajes que ponen de manifiesto las formas previsibles de entender toda una cultura, desde adentro y fuera del continente, para luego "sanar".

"Ella no, ella hablaba y hablaba con un lenguaje que traía de otro barrio, me echaba todo su subdesarrollo en la cara y decía papi, apretame fuerte, papito, quebrame, papi, que esto es para que vos lo rompas", se lee en uno de los pasajes del libro publicado por Periférica.

A la hora de referirse a la novela que lo trajo a Buenos Aires, "sí -dice Cárdenas- el relato del relato, espera"; con 35 años es uno de los autores jóvenes latinoamericanos con mayor proyección del momento y cuenta en su haber con el libro de cuentos "Carreras delictivas" y la novela "Zumbido".

"La literatura moderna está llena de libros que cuentan cómo a un tipo se le va la vida al demonio, se destruye la vida de un ser humano, esa cosa sobre la construcción de la subjetividad y al mismo tiempo su destrucción; quise hacer lo contrario, contar el relato de cómo un tipo se sana", explica en diálogo con Télam.

El nombre de esta obra, "Los estratos", corresponde a la estructura social por capas oficializada en Colombia, algo que "comienza en los 90 al calor del auge del neoliberalismo en América Latina, con una buena intención estatal en un intento de redistribución que se convirtió en todo lo contrario", explica Cárdenas en diálogo con Télam.

"El Estado organizó a la gente en estratos que se solidificaron y se convirtieron en un marcador absoluto de castas, de hecho -advierte-, el origen mismo de la violencia en Colombia está en la desigualdad social y el sistema de castas; es el gran fenómeno más allá de los factores -históricos, sociales, culturales, coloniales- que influyen para explicar esa desigualdad".

Luego, continúa, "quería narrar la experiencia de un tipo de clase alta, privilegiada, a quien comienza a deshilachársele su realidad cuando nota que está construida de apariencias" y para reconfigurarse "emprende un viaje interior que se convierte a su vez en un viaje social", que lo lleva desde la ciudad a la selva.

El libro arranca con un ejercicio de memoria, con ese hombre que no tiene nombre -nada tiene nombre en la novela, ni las calles, ni las ciudades, ni las personas- que a partir de un recuerdo empieza a hilar su propia biografía y "nota cómo él mismo en su biografía y hasta en su propio cuerpo está completamente atravesado por esa estratificación", señala el autor.

El protagonista "logra hacer una especie de corte transversal y crear un mecanismo de fuga en esa estructura, que al mismo tiempo es una renuncia al aparato de deseo en el que está montado todo el entramado social que interpela a muchos sitios latinoamericanos donde se replica".

Y su fuga "no es simplemente un escape -advierte-, siempre hay una negociación con aquello de lo que el narrador se fuga, que es esa construcción social y del deseo del turbo capitalismo cínico, un clásico latinoamericano".

Se trata, a su entender, de "esa cosa como arribista, eso de meter al niño en el colegio privado y no en el público porque quieres parecer, trata de qué terminás deseando cuando te han construido todo un aparato sensorial para que desees eso; me interesaba primero mostrarlo y luego encontrar un mecanismo, más que de salvación, de disección", se corrige.

En este trabajo "hay sobre todo mucha literatura argentina -asevera Cárdenas-, mucho diálogo directo especialmente con Antonio Di Benedetto, cuyo tratamiento del lenguaje aparentemente frío, limpio y manso oculta trucos semánticos muy sutiles de rupturas y  desviaciones y establece una dialéctica entre un aspecto sobrio y un fondo barroco".

Así es que el cuerpo del texto va siendo intervenido constantemente por voces que Cárdenas intercala como ruido de fondo, "es como abrir la ventana y escuchar la voces que entran, sintonizar varias radios juntas", concluye sobre esta historia que trata de eso, escuchar otros relatos válidos sobre una misma realidad.

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