Domingo, 9 de febrero de 2014
EL ARTE DE LA DIFERENCIA
La publicación en español de Visión y diferencia, de
Griselda Pollock, es no sólo un acontecimiento para celebrar, sino
también para analizar en su vacío anterior. Se trata de uno de los
trabajos fundamentales sobre la relación entre género e historia del
arte y un clásico feminista que no ha perdido actualidad. La mirada de
Pollock, su análisis y sus hipótesis giran alrededor de una pregunta que
atraviesa la historia del arte y que con ironía y agudeza formulara la
también crítica de historia del arte Linda Nochlin: ¿Por qué no han
existido grandes artistas mujeres?

Por Luciana De Mello
Laura
Malosetti Costa comienza el prólogo de Visión y diferencia: feminismo,
feminidad e historias del arte celebrando que finalmente se haya
traducido al español, de manera completa, este texto de Griselda
Pollock, que no sólo es un hito decisivo en la trayectoria de la autora,
sino que se ha convertido en una herramienta fundamental para la
crítica feminista de la historia del arte occidental. Es un dato
sugestivo, por no decir evidente, que hayan tenido que pasar treinta
años para que este libro despertara interés dentro del mercado editorial
local. Pollock es una de las historiadoras críticas del arte más
influyentes del siglo XX y si hubo fragmentos disponibles en español ha
sido gracias a la traducción llevada a cabo desde la revista Mora
(publicación del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires) y
en el año 2007 (también dentro del ámbito académico de la UNAM y de la
Universidad Iberoamericana de México) cuando Inda Sáenz y Carmen Cordero
Reiman coeditan un volumen colectivo donde traducen varios artículos,
algunos de los cuales forman parte de Visión y diferencia. Recién en
2010 se traduce en España un libro completo de Griselda Pollock, aunque
–como anota Malosetti Costa– los primeros libros, fundamentales dentro
del trabajo de Pollock, eran todavía inaccesibles en español. El canon
de la historia del arte –dice Pollock– es uno de los más virulentos y
“virilentos”. Asimismo, el dato de la divulgación, aún hoy marginal de
esta mirada a contrapelo sobre los problemas de la representación y de
la crítica en el campo de la historia del arte, trae el eco de la famosa
pregunta que en 1971 Linda Nochlin lanza en su ensayo ¿Por qué no han
existido grandes artistas mujeres?: ¿Por qué la crítica con mirada de
género es tan poco difundida –y aplicada– tanto en el ámbito académico
como en los suplementos culturales?
Como anota Pollock en Visión y diferencia, la respuesta a la
pregunta de Nochlin no iba a ser ventajosa para las mujeres si se
mantenían las ataduras de las categorías establecidas dentro de la
historia de arte; no alcanzaba con una historización nueva que diera a
conocer el nombre y la obra de cientos de artistas mujeres que merecían
entrar en el canon. Había que proponer un cambio de paradigma, había que
disparar contra el canon al poner en evidencia la relación que se
establece entre las mujeres y el mundo del arte. Sacando provecho de la
revolución teórica e historiográfica que representa la tradición
marxista, en Visión y diferencia Pollock adscribe al materialismo
histórico feminista que “no se limita a sustituir la clase por el
género, sino que busca descifrar la intrincada interdependencia entre
clase, género y raza, en todas las formas de la práctica histórica”. De
esta manera, el trabajo de Pollock a lo largo de esta compilación de
ensayos da cuenta no sólo de qué manera se ha escrito –y escribe– la
historia del arte (de Occidente), sino que también cuestiona en su
dimensión política al resto de las disciplinas existentes. Es en ese
sentido que la publicación y difusión de este trabajo es hoy
fundamental, ya que su lectura es del tipo que viene a modificar
indefectiblemente la mirada del lector de a pie: ya no sólo de aquel que
proviene del ámbito artístico, intelectual, académico y/o activista que
se ocupa de los estudios de género, para quienes los conceptos y
debates levantados en este libro no son en absoluto nada nuevo (Visión y
diferencia fue publicado en el año 1988 y muchos de los ensayos que lo
componen datan de la década anterior). Cabe entonces la celebración
propuesta en el prólogo de esta decisión editorial llevada a cabo por
Fiordo, ya que como acierta Pollock en el ensayo que cierra el libro,
“por mucho que consideremos que la condición posmoderna es nuestro
horizonte ineludible, los temas planteados en la década del ’70 no han
sido superados”.

Visión y diferencia: feminismo, feminidad e historias del arte. Griselda Pollock Fiordo 346 páginas
Los ensayos reunidos en Visión y diferencia trazan un recorrido de
la intervención feminista en la historia del arte teniendo en cuenta las
condiciones de producción, los condicionamientos de género, clase y
raza consolidados desde las instituciones donde estas prácticas
artísticas y críticas se han realizado. Así, las sucesivas preguntas que
se desprenden en cada ensayo son en sí mismas generadoras de ruptura.
Al analizar la pintura del artista prerrafaelista Gabriel Rosetti,
Pollock plantea interrogantes sobre el proceso de producción, consumo y
uso de las obras realizadas: por qué y para quién fueron hechas, qué
placeres producen y qué miedos administran estos retratos de mujeres que
son analizados por el modernismo basándose únicamente en la
materialidad sensual de la factura. Los ensayos elaboran una lectura
entramada desde el análisis de la obra, de la crítica escrita sobre esa
obra en cada época y de los procesos sociales que determinan las formas
de representación en los diferentes períodos históricos: Es la historia
de las relaciones sociales burguesas y sus formas ideológicas dominantes
las que necesitamos analizar y subvertir, con el objetivo de
identificar las configuraciones específicas de la feminidad burguesa y
las formas burguesas de mistificación que enmascaran la realidad de los
antagonismos sociales y sexuales y que, al negarnos visión y voz, nos
privan de poder. Acto seguido, en Modernidad y espacios de la feminidad,
Pollock se plantea averiguar por qué el territorio del modernismo se
disputa sobre el cuerpo desnudo de la mujer, representado dentro de los
espacios cerrados del burdel, el atelier o el bar; qué relación existe
entre sexualidad, modernidad y modernismo. Asimismo, cuando se detiene a
estudiar las obras de las artistas Berthe Morisot y Mary Cassatt,
Pollock rápidamente apunta que este análisis de las mujeres artistas en
la París de finales del siglo XIX no puede efectuarse dentro de los
esquemas existentes. Siendo la libertad de circulación por la ciudad
privativa del hombre –encarnada literariamente en la figura del flaneur–
la autora decide analizar sus obras a partir de la matriz del espacio y
desde ahí lee de qué manera esa experiencia de “puertas adentro”
estructuró las obras que ellas produjeron. Y no sólo. Visión y
diferencia es un libro que cambia el cristal con que se mira el mundo y
de ahí que no pierda vigencia por más que pasen los años y las olas
feministas: “La modernidad aún está entre nosotros, de manera incluso
más marcada a medida que nuestras ciudades se vuelven el mundo
exacerbado de la posmodernidad, cada vez más convertidas en un lugar de
extraños y de espectáculo, mientras las mujeres cada vez se ven más
vulnerables a la agresión violenta cuando están en público y se les
niega el hecho de moverse con seguridad en esas mismas ciudades. Los
espacios de la feminidad aún regulan la vida de las mujeres: desde tener
que soportar las miradas indiscretas de los hombres en la calle a
sobrevivir agresiones sexuales casi letales”.
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